El gresite es
uno de los mejores materiales que ofrecen la mejor resistencia ante los agentes
externos tales como cambios térmicos,
productos químicos y aguas heladas.
Antes de colocar las baldosas, primero se deben
comprobar las dimensiones de la piscina, la estructura del hormigón armado, el
asiento del fondo y el tipo de junta.
Antes de proceder
al proyecto inicial se deben verificar las dimensiones de la piscina, verificando que las paredes estén
correctamente verticales y que no haya ningún defecto entre las paredes y las
zona del fondo. El fondo se debe realizar con pendientes y con un hormigón
extendido. Una vez concluida la estructura de la piscina, se debe verificar su
impermeabilidad y su conformidad estática. Para ello, la piscina debe mantenerse llena por un periodo de 14 días.
Si se presenta alguna fuga o algún derrumbamiento en la estructura, el
constructor deberá tomar las especificaciones de la estructura y del asiento
del fondo, en el cual la empresa especializada en la instalación de la piscina se hace responsable. Ya que tiene la obligación de notificar por escrito al director de la obra, las
dudas que tuvieran con respecto a la estructura de la obra, luego de esto
se mencionan las situaciones con respecto a la calidad del trabajo.
Las baldosas se deben colocar con juntas de 8 a 10 milímetros, los
espacios huecos entre las baldosas se deben limpiar para eliminar cualquier
suciedad y que el material compuesto para las juntas, se pueda fijar
correctamente. Para el revestimiento de cualquier tipo de piscina
dependiendo de su estructura bien sea de forma ovalada, rectangular, redonda o en L, siempre hay que aplicarle un sellado con PVC liquido, por el cual se completa la impermeabilización de la soldadura.
El cumplimiento de las normas de las empresas instaladoras de piscinas es imprescindible para el buen acabado de la obra.
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